Historia de la Psicología
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martes, 2 de septiembre de 2014
Psicología humanista: Enfoques
La psicología humanista: Enfoques humanistas
La psicología humanista surge como una alternativa al psicoanálisis y al conductismo, en su momento tuvo una gran repercusión y la denominaron la "tercera fuerza” en psicología, es posible que al denominarla de tal manera se les olvidara que existían otros modelos, otras corrientes dentro de la psicología, otros enfoques muy diferentes al psicoanálisis y al conductismo, como es la psicología cognitiva.
De los diversos enfoques humanistas que se originaron durante la década de los años 70 y 80, han surgido diversas terapias psicológicas que centran la intervención psicoterapéutica en los postulados humanistas y el tratamiento al paciente se focaliza a partir de los postulados de cada enfoque humanista, que exponemos a continuación.
La psicología humanista considera al ser humano como:
- Un ser global que debe ser considerado como un todo en el que figuran y convergen: sentimientos, pensamientos, conductas, acciones.
- Las conductas del ser humano son intencionales, y tienen sentido desde la perspectiva material como desde la perspectiva personal de dignidad y libertad
- Toda la existencia humana se desarrolla y transcurre en un contexto interpersonal, este contexto interpersonal es necesario e importante en el desarrollo individual pero teniendo en cuenta la individualidad del ser humano en las relaciones sociales.
- Los hombres son seres o personas autónomas, dentro de las relaciones existenciales de interpersonalidad tienen la capacidad de tomar sus propias decisiones, decisiones que dirigen su desarrollo. Este principio es complementario al principio de la necesidad de un contexto interpersonal, de tal manera que solamente una persona autónoma es capaz de asumir sus responsabilidades dentro de las relaciones interpersonales.
- La autorrealización es la tendencia inherente a las personas, es lo que produce la individualidad y el crecimiento e indiferenciación personal.
- La experiencia interior del ser humano es vivenciada como personal y con un significado que es producido por la propia persona, este significado a sus experiencias y vivencias son ejes fundamentales del desarrollo y de las percepciones personales que sobre uno mismo las personas desarrollan.
La psicología humanista incluye varios enfoques o corrientes, entre ellas la más destacada fue la de la corriente existencialista, de ahí que se conozca a la psicología humanista como psicología humanista – existencialista.
Enfoques dentro de la psicología humanista
1.- Enfoque existencialista: Los representantes de la corriente existencialista dentro de la psicología humanista son: Bingswanger, May y Laing. Autores con una fuerte influencia de la filosofía existencialista y fenomenológica, especialmente la influencia de Sartre y Husserl.
2.- El enfoque transpersonal o psicología transpersonal de Maslow, fue además el que inició la corriente o enfoque humanista dentro de la psicología. El concepto fundamental en la psicología de A. Maslow es la autorealización, en la que una vez satisfechas las necesidades básicas en el ser humano aparecen las metanecesidades que están relacionadas con la satisfacción psíquica, por lo tanto es la búsqueda del ser lo que centrará la psicoterapia de la psicología humanista.
3.- La psicología humanista de C. Rogers, y la psicoterapia humanista de Rogers es la más conocida y la más influyente dentro de la psicología humanista.
La psicología de Carl Rogers es conocida como terapia no directiva y centrada en el cliente y se fundamenta en dos conceptos básicos:
1.- Confianza total en la persona del cliente: Se trata de transmitir empatía por el paciente y entender la experiencia del paciente y de su mundo, para poder comprenderle
2.- Rechazo total al papel directivo del terapeuta
4.- Logoterapia. El enfoque humanista denominado Logoterapia de Frankl, el concepto básico de Víctor Frankl es el sentido de la vida, la pérdida del sentido de la vida genera neurosis y patologías, el terapeuta tiene como objetivo promocionar y favorecer que el paciente logre restaurar o generar un sentido a la vida para poder desprenderse de la neurosis noógena, o pérdida de sentido de vida, el vacío existencial es el que se trabaja como eje en este tipo de terapias humanistas denominadas logoterapias.
5.- El Análisis transaccional de Eric Berne, es un enfoque de origen psicoanalítico, la terapia transaccional centra la ayuda terapéutica en la restauración del potencial existencial original en el ser humano, de confianza en la persona. El núcleo de la psicología transaccional y de la terapia de Análisis transaccional es trabajar con los estados del yo que se producen en las relaciones personales, de tal manera que ciertos estados del yo pueden en relación con otros yos, crear malestar o patologías de forma consciente o inconscientes lo que denominan el guión de la vida, y son estos guiones positivos o negativos que deben trabajarse en la terapia mediante un contrato que establece el cliente con el terapeuta y que deben cumplir.
6.- Enfoque bioenergético de Lowen. El enfoque bioenergético de Alexander Lowen con raíces en los postulados de Wilhem Reich dentro de la corriente psicoanalítica y su propuesta del análisis del carácter. El carácter entendido como la máscara que cubre a la persona para poder convivir con los impulsos derivados de los instintos y evitar así la neurosis, pero la represión puede producir no solamente neurosis, sino además angustia y sentimientos intensos negativos producto de la tensión que procede de la dificultad de dejar expresar libremente la energía biológica. Los conflictos y tensiones se manifiestan en el cuerpo y deben tratarse mediante ejercicios que permitan liberar tensiones.
7.- El psicodrama dentro de las teorías humanistas está relacionado con la patología que surge cuando las personas admiten roles inadecuados y además los convierten en roles rígidos que van dañando a la persona. Para eliminar las patologías que se derivan de los roles que asumen las personas es necesario realizar psicodramas, o psicoterapias que permitan deshacerse de esos roles y asumir otros adecuados.
Teoría de la Gestalt
Apuntes de la Cátedra de Emiliano Dorignac de la Universidad de Palermo |
La Frenología
La Frenología
La frenología, del griego “phren” que quiere decir inteligencia y “logos” que significa tratado, es la creencia pseudocientífica del siglo XVIII que sostenía la existencia de una correspondencia entre el carácter de una persona y la forma externa del cerebro y el cráneo. Los más célebres frenólogos fueron Lavater y Gall.
L'uomo delinquente de Cesar Lombroso
L’uomo delinquente de Cesar Lombroso
Mucho antes de los mencionados anteriormente ya se había hablado de la relación entre el físico de las personas y el mal que estas podían causar, el Edicto de Valerio decía textualmente “Cuando tengas dudas entre dos presuntos culpables, condena al más feo”. En algunos idiomas “malo” y “feo” son sinónimos, la palabra “malhechores” viene no tanto del que hace mal, sino del que está mal hecho.
La frenología no es un conocimiento que haya perdurado o se considere asentado en bases científicas, pero de allí surgieron algunas de las ideas que luego encontraron eco en la actual teoría de las localizaciones cerebrales, y supuso un punto de inicio para otros estudios de muy diferentes tipos.
La frenología surge durante el último cuarto de siglo del siglo XVIII, de manos del médico alemán Franz Joseph Gall (1758-1832) con el nombre original a de cráneometería. Al mismo tiempo se produjeron otros estudios que intentaban mediante el estudio de rasgos fisiológicos faciales, determinar los rasgos psicológicos de las personas, entre otros el realizado por un discípulo del propio Gall llamado Johann Gaspar Spurzheim (1776-1832). Otro representante de estos estudios fisiológicos es Jean Gaspar Lavater (1741-1801). La unión de estas dos disciplinas es lo que dio lugar a lo que es conocido y como la frenología.
Entre la bibliografía más destacada de los anteriores nos encontramos con obras como:
- Johann Gaspar Lavater: El arte de conocer a los hombres por la fisionomía
- Franz Joseph Gall: Exposición de la doctrina del doctor Gall, o la nueva teoría del cerebro
- Johann Gaspar Spurzheim: Anatomía y fisiología del sistema nervioso en general, (Escrito en colaboración con Gall)
La frenología se basaba en cuatro puntos:
- el cerebro no debía ser considerado como un órgano único, sino con una visera en la que es posible diferenciar distintas regiones, cada una de ellas correspondiendo una función determinada. Esta es la base de en la que precisamente por esta razón se denominó “Doctrina de las localizaciones cerebrales”. Gall, que fue el inicio del sistema estableció la existencia de 27 órganos, aunque posteriormente otros seguidores incrementaron dicha cifra hasta casi los 50.
- El estado de cada una de las funciones descritas se encuentra en relación directa con el Estado el órgano que asienta. Así, en principio, el aumento de tamaño un órgano, o el incremento de temperatura, permitían suponer que su función se encontraba exacerbada. Inversamente se aceptaba que existía una función más reducida de un órgano que fuera pequeño o estuviera más frío. Asimismo se establecían interrelaciones entre los diversos órganos aceptándose la influencia de unos sobre otros.
- La forma de cada uno de las regiones del cerebro influye de modo directo en la forma que adopta la cubierta ósea, produciendo esta la diferencia de tamaño de cada zona u órgano.
- De este modo era posible conocer el estado de cada órgano mediante el estudio externo del cráneo, lo que se denominaba craneoscopia. De modo práctico se realizaba mediante la exploración manual, de la cabeza por palpación del cráneo.
En España Mariano Cubi y Soler (1801-1875), uno de los frenólogos más destacados, es a la vez un importante precursor de la Criminología.
Señala como principios básicos de la Frenología:
1. Las facultades o potencias del alma son innatas, esto es, nacen con ellas.
2. El cerebro es, en este mundo, el órgano del alma o mente.
3. El cerebro es múltiple, esto es, el alma manifiesta varias facultades, que ejercita por medio de otros tantos correspondientes órganos cerebrales.
4. El tamaño de un órgano cerebral siendo todo lo demás igual, es una medida positiva de su potencial mental.
5. El tamaño y forma del cerebro se distinguen por el tamaño y forma de la superficie externa del cráneo o cabeza.
6. Toda facultad del alma tiene su lenguaje especial, esto es, todo órgano cerebral, cuando se haya predominantemente activo, produce un movimiento, expresión, gesto o actitud, que se llama su lenguaje especial o natural.
El frenólogo español se ocupó también de aspectos criminales, desarrollando 30 años antes de Lombroso la teoría de que existe un criminal nato: “Hay criaturas humanas que nacen con un desmedido desarrollo de la destructividad, acometividad o combatividad, más defectuosa, cuya organización constituye naturalmente al ladrón, al violador, al asesino, al estafador y a otros criminales”.
Estos estudios tuvieron un reflejo en España a partir del código Penal de 1822, fecha en que aparece por primera vez en la legislación española el concepto del delincuente y la imputabilidad.
Desde el punto de vista Criminológico, Gall se interesó profundamente por los criminales, así, aseguró que “Los grados de culpabilidad y de expiación difieren según la condición de los individuos”.
Considerando que hay sujetos con tendencias invencibles debidas a su organización cerebral, se impone una graduación de penas de acuerdo a cada individualidad lo que supuso un gran avance en el tratamiento de los delincuentes que hasta esa fecha no habían tenido.
La frenología es un punto de partida para mucho de los estudios realizados por los componentes de la escuela positivista criminológica, que empuja a buscar más allá de las normas penales el porqué de la conducta delincuencial, cuyo mayor representante es Cesare Lombroso (1835-1909), el cual era médico de las cárceles de Turín, y al practicar la autopsia de un célebre bandido calabrés llamado Vilella, encuentra en su cráneo lo que él mismo denominó foseta capital media, y que según el propio Lombroso, era rarísimo encontrar en el hombre, siendo en cambio frecuente en los animales inferiores como los peces.
Según este descubrimiento Lombroso formula su teoría del hombre delincuente, cuyo aspecto fundamental consiste en afirmar que todo criminal es un ser atávico que reproduce los estigmas del hombre primitivo y en quien hay una predisposición innata al delito, aplicó gran parte de las teorías frenológicas de Franz Joseph Gall y relatadas anteriormente a sus estudios sobre las causas de la criminalidad en los cuales expresaba que la misma se producía debido causas físicas y biológicas, considerando que hay una relación directa entre la anatomía y el comportamiento.
Labra entonces la teoría del “delincuente nato”, recogiendo trabajos y experiencias de médicos y antropólogos. Expresando que el delincuente nace, no se hace, como consecuencia de su conformación genética. Sitúa al delincuente en un grado de anormalidad biológica. Para ello divide a los delincuentes en cuatro tipos:
- Criminal de ocasión
- Criminal por pasión
- Criminal nato
- Loco moral
- Epiléptico Larvado
Más tarde añadiría una quinta clasificación a al que denomino “Primo delincuente” que describiría como el sujeto que comete una conducta antisocial, por primera vez, independiente de que hay estado sujeto a procedimiento penal.
La obra en que resume todas sus teorías es el L’uomo delinquente (El hombre delincuente).
Aunque a Lombroso se le ha criticado porque sus estudios carecen de un profundo método científico, es considerado como el iniciador de la Antropología Criminal y el padre de la criminología moderna.
Aunque la frenología ha sido denostada y superada por parte de toda la sociedad, en muchos casos tachada de superchería seudocientífica, en su momento supuso un gran avance, y un salto cualitativo en el estudio de la criminalidad y el tratamiento del delincuente, abriendo el camino para la individualización de la pena y de la individualización del tratamiento resocializador del delincuente.
Trabajo realizado por Mª Teresa O. Merino
La frenología, del griego “phren” que quiere decir inteligencia y “logos” que significa tratado, es la creencia pseudocientífica del siglo XVIII que sostenía la existencia de una correspondencia entre el carácter de una persona y la forma externa del cerebro y el cráneo. Los más célebres frenólogos fueron Lavater y Gall.
L'uomo delinquente de Cesar Lombroso
L’uomo delinquente de Cesar Lombroso
Mucho antes de los mencionados anteriormente ya se había hablado de la relación entre el físico de las personas y el mal que estas podían causar, el Edicto de Valerio decía textualmente “Cuando tengas dudas entre dos presuntos culpables, condena al más feo”. En algunos idiomas “malo” y “feo” son sinónimos, la palabra “malhechores” viene no tanto del que hace mal, sino del que está mal hecho.
La frenología no es un conocimiento que haya perdurado o se considere asentado en bases científicas, pero de allí surgieron algunas de las ideas que luego encontraron eco en la actual teoría de las localizaciones cerebrales, y supuso un punto de inicio para otros estudios de muy diferentes tipos.
La frenología surge durante el último cuarto de siglo del siglo XVIII, de manos del médico alemán Franz Joseph Gall (1758-1832) con el nombre original a de cráneometería. Al mismo tiempo se produjeron otros estudios que intentaban mediante el estudio de rasgos fisiológicos faciales, determinar los rasgos psicológicos de las personas, entre otros el realizado por un discípulo del propio Gall llamado Johann Gaspar Spurzheim (1776-1832). Otro representante de estos estudios fisiológicos es Jean Gaspar Lavater (1741-1801). La unión de estas dos disciplinas es lo que dio lugar a lo que es conocido y como la frenología.
Entre la bibliografía más destacada de los anteriores nos encontramos con obras como:
- Johann Gaspar Lavater: El arte de conocer a los hombres por la fisionomía
- Franz Joseph Gall: Exposición de la doctrina del doctor Gall, o la nueva teoría del cerebro
- Johann Gaspar Spurzheim: Anatomía y fisiología del sistema nervioso en general, (Escrito en colaboración con Gall)
La frenología se basaba en cuatro puntos:
- el cerebro no debía ser considerado como un órgano único, sino con una visera en la que es posible diferenciar distintas regiones, cada una de ellas correspondiendo una función determinada. Esta es la base de en la que precisamente por esta razón se denominó “Doctrina de las localizaciones cerebrales”. Gall, que fue el inicio del sistema estableció la existencia de 27 órganos, aunque posteriormente otros seguidores incrementaron dicha cifra hasta casi los 50.
- El estado de cada una de las funciones descritas se encuentra en relación directa con el Estado el órgano que asienta. Así, en principio, el aumento de tamaño un órgano, o el incremento de temperatura, permitían suponer que su función se encontraba exacerbada. Inversamente se aceptaba que existía una función más reducida de un órgano que fuera pequeño o estuviera más frío. Asimismo se establecían interrelaciones entre los diversos órganos aceptándose la influencia de unos sobre otros.
- La forma de cada uno de las regiones del cerebro influye de modo directo en la forma que adopta la cubierta ósea, produciendo esta la diferencia de tamaño de cada zona u órgano.
- De este modo era posible conocer el estado de cada órgano mediante el estudio externo del cráneo, lo que se denominaba craneoscopia. De modo práctico se realizaba mediante la exploración manual, de la cabeza por palpación del cráneo.
En España Mariano Cubi y Soler (1801-1875), uno de los frenólogos más destacados, es a la vez un importante precursor de la Criminología.
Señala como principios básicos de la Frenología:
1. Las facultades o potencias del alma son innatas, esto es, nacen con ellas.
2. El cerebro es, en este mundo, el órgano del alma o mente.
3. El cerebro es múltiple, esto es, el alma manifiesta varias facultades, que ejercita por medio de otros tantos correspondientes órganos cerebrales.
4. El tamaño de un órgano cerebral siendo todo lo demás igual, es una medida positiva de su potencial mental.
5. El tamaño y forma del cerebro se distinguen por el tamaño y forma de la superficie externa del cráneo o cabeza.
6. Toda facultad del alma tiene su lenguaje especial, esto es, todo órgano cerebral, cuando se haya predominantemente activo, produce un movimiento, expresión, gesto o actitud, que se llama su lenguaje especial o natural.
El frenólogo español se ocupó también de aspectos criminales, desarrollando 30 años antes de Lombroso la teoría de que existe un criminal nato: “Hay criaturas humanas que nacen con un desmedido desarrollo de la destructividad, acometividad o combatividad, más defectuosa, cuya organización constituye naturalmente al ladrón, al violador, al asesino, al estafador y a otros criminales”.
Estos estudios tuvieron un reflejo en España a partir del código Penal de 1822, fecha en que aparece por primera vez en la legislación española el concepto del delincuente y la imputabilidad.
Desde el punto de vista Criminológico, Gall se interesó profundamente por los criminales, así, aseguró que “Los grados de culpabilidad y de expiación difieren según la condición de los individuos”.
Considerando que hay sujetos con tendencias invencibles debidas a su organización cerebral, se impone una graduación de penas de acuerdo a cada individualidad lo que supuso un gran avance en el tratamiento de los delincuentes que hasta esa fecha no habían tenido.
La frenología es un punto de partida para mucho de los estudios realizados por los componentes de la escuela positivista criminológica, que empuja a buscar más allá de las normas penales el porqué de la conducta delincuencial, cuyo mayor representante es Cesare Lombroso (1835-1909), el cual era médico de las cárceles de Turín, y al practicar la autopsia de un célebre bandido calabrés llamado Vilella, encuentra en su cráneo lo que él mismo denominó foseta capital media, y que según el propio Lombroso, era rarísimo encontrar en el hombre, siendo en cambio frecuente en los animales inferiores como los peces.
Según este descubrimiento Lombroso formula su teoría del hombre delincuente, cuyo aspecto fundamental consiste en afirmar que todo criminal es un ser atávico que reproduce los estigmas del hombre primitivo y en quien hay una predisposición innata al delito, aplicó gran parte de las teorías frenológicas de Franz Joseph Gall y relatadas anteriormente a sus estudios sobre las causas de la criminalidad en los cuales expresaba que la misma se producía debido causas físicas y biológicas, considerando que hay una relación directa entre la anatomía y el comportamiento.
Labra entonces la teoría del “delincuente nato”, recogiendo trabajos y experiencias de médicos y antropólogos. Expresando que el delincuente nace, no se hace, como consecuencia de su conformación genética. Sitúa al delincuente en un grado de anormalidad biológica. Para ello divide a los delincuentes en cuatro tipos:
- Criminal de ocasión
- Criminal por pasión
- Criminal nato
- Loco moral
- Epiléptico Larvado
Más tarde añadiría una quinta clasificación a al que denomino “Primo delincuente” que describiría como el sujeto que comete una conducta antisocial, por primera vez, independiente de que hay estado sujeto a procedimiento penal.
La obra en que resume todas sus teorías es el L’uomo delinquente (El hombre delincuente).
Aunque a Lombroso se le ha criticado porque sus estudios carecen de un profundo método científico, es considerado como el iniciador de la Antropología Criminal y el padre de la criminología moderna.
Aunque la frenología ha sido denostada y superada por parte de toda la sociedad, en muchos casos tachada de superchería seudocientífica, en su momento supuso un gran avance, y un salto cualitativo en el estudio de la criminalidad y el tratamiento del delincuente, abriendo el camino para la individualización de la pena y de la individualización del tratamiento resocializador del delincuente.
Trabajo realizado por Mª Teresa O. Merino
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